MANFRED, UN HOMBRE, UNA HISTORIA, UN MUSEO

Información recollida na web:

http://www.costadamorte.net/camelle/museo/index.htm, donde está a información completa con fotos.


Quién es...

Manfred o Man, que así es como le gusta que le llamen, es un hombre la primera vez que lo ves causa una gran impresión. Delgado, casi esquelético con el pelo y barba largo y sin arreglar, vestido con un taparrabos y alguna vez con sandalias, se asemeja a una mezcla entre Tarzán y un ermitaño. Vive en una especie de chabola que las gentes del pueblo le construyeron y que el mismo pintó a su manera combinado múltiples colores colores donde dominan las formas circulares, símbolo de su vida. Alrededor de esta casa está el museo, construido básicamente con grandes piedras esféricas apiladas formando columnas y cadenas, algunas de las cuales están pintadas de blanco o negro. Los huesos de animales, principalmente marinos como vértebras de cetáceos y alguna calavera que podría ser de caballo o burro acompañan las construcciones donde tampoco falta el reino vegetal. En otro tiempo también el agua fue un elemento destacable como muestra la fuente de varios niveles que preside la entrada de la casa, pero la construcción del muelle nuevo pasando por el museo segó parte de su obra y limitó el acceso del mar. Este último hecho obligó a nuestro artista a extender sus obrar fuera del propio museo y se pueden ver la pinturas y alguna que otra sorpresa a lo largo de todo el muelle, e incluso de rumorea que los círculos visibles en muchos peñascos de los montes de Arou y Camelle son obra de Man.

Quién era...

La historia de este personaje no está clara y existes varias versiones, pero todas coinciden en el hecho que es un alemán que un día llegó a Camelle y se quedo a vivir. Se presento en el pueblo el día antes de las fiestas del Espíritu Santo de 1962. Esa noche la pasó en casa de Lola de Benadita y al día siguiente fue a casa de Carmen de Chuco para que le arreglase unos zapatos. Allí le preguntaron su procedencia, le dieron una merienda consistente en un plátano con un trozo de pan (algo de lujo en aquellos tiempos) y lo encaminaron a casa de Euxenia Heim que sabía alemán y que le proporcionó una casa sin cobrarle alquiler. En sus primeros meses de estancia en Camella también llamaba la atención su vestimenta pero no por estrafalaria, sino por la elegancia y buen porte, siempre aseado, bien peinado, como un señorito de la época. No faltaba un domingo a misa y se relacionaba muy bien con la gente. Tampoco estaba muy claro a que dedicaba su tiempo ya que parecía estudiar los animales y plantas llevándolos a su casa donde también pintaba y esculpía. Según se cuenta, se enamoró de una chica, una maestra de escuela que seguramente, debido a que sabía inglés, mantenía largas conversaciones con él, sobre todo los domingos al terminar la misa, pero está rechazó su amor y esto fue el detonante para que este alemán parara de una vida de señor a autodefinirse Manfred y empezara a transformarse hasta lo que conocemos hoy.

Qué es...

Desde entonces sus costumbres son de los más extrañas para las personas que no lo conocen. Recorre grandes distancias corriendo, descalzo y con su taparrabos, en busca de materiales para su museo y en ocasiones, si encuentra algo demasiado grande o pesado, se ayuda de una carretilla, pero siempre se le ve corriendo. De todas las costumbre que tiene, quizás la que más destaca por la admiración que provoca es la de nadar, hace recorridos desde Camelle llegando cerca de Traba para luego retornar también nadando. Era fácil verlo haciendo este recorrido aun que en los últimos años y seguramente debido a su edad ya no realiza esta práctica. "Solo fue una vez al medico" esta es la frase que cualquier persona dirá cuando se le pregunta por la salud de Man. La alimentación vegetariana basada en frutas, algunas verduras y unas infusiones que el mismo prepara con plantas autóctonas sumado a la gran actividad física hace de Man un hombre con una salud de hierro y si pasó por la consulta una vez fue debido al mordisco de un perro que nadie, excepto él y el propio dueño eran capaces de acariciar.

Qué hacer...

Antes de ir al museo de Man lo primero que podemos pensar es si se paga. El museo está al aire libre y se puede observar desde el muelle, sin entrar pero debemos de comprender que Man necesita ingresos para poder comprar muchos de los materiales que emplea para la construcción y mantenimiento de su obra y también necesita comer y solo gasta el dinero en esas dos necesidades sin permitirse lujos de ningún tipo (actualmente se comenta que la mayor parte de los ingresos los entrega a Cáritas), por eso cuando nos acercamos vemos una pintada que reza "ver 100 pesetas", una cantidad casi simbólica que no debería representar mucho para nuestros bolsillos (colaborad). Una vez dentro del museo, Man entregará un pequeño cuaderno a cada uno de los visitantes y unos lápices de colores, esto es para que cada persona haga dos o tres dibujos del museo, de Man o de algo relacionado, dejando escrito el nombre y fecha de nacimiento del autor.

Qué evitar...

Como ocurre con todo en este mundo, también en Camelle existen personas que odian a Man, lo insultan, hablan mal de él, destruyen su museo e incluso le agreden. Estas personas, unas veces actúan por oscuras intenciones y otras (la mayoría) por pura ignorancia, de cualquier forma lo mejor es ignorarlas ya que nada justifica ese tipo de conducta y resulta irónico que esta gente califiquen de forma despectiva a Man como "ermitaño" cuando son ellos los que non encajen en la sociedad.


Más Cosas...

Sabemos de Man, el alemán que desarrolla su actividad artística en Camelle, desde hace tiempo no le gusta que hablen de el en los medios de comunicación y, siendo la rede de redes uno de los más libres y potentes, igualmente la desaprueba. Pese a todo, tanto el responsable de esta página como los colaboradores, llevamos años preocupados, si no tanto por él -rechaza amablemente la preocupaciones que podamos sentir-, si por su obra. Por eso nos tomamos esta licencia.
Manfred acaba de pasar una grave enfermedad, y no quiso ningún tipo de ayuda. Y aunque esperamos que viva mucho, sabemos que en el momento que falte de su conjunto artístico existe una serie de personajes, primarios y xenófobos, aguardando para derrumbar todo el trabajo de una vida -trabajo que, en una conversación conmigo, definió como “mis hijos”-, y es esto lo que nos preocupa de verdad.
Su existencia apartada, llena de rarezas que el común de los mortales tenemos dificultades para entender, hizo de él un ser que tiene muchos detractores y que consideran que todo cuanto tiene creado no sirve para nada, y aún que puede ser así, el arte tiene una ambivalencia y que no son todos los llamados a gozar de la manifestación estética, nosotros pensamos -sin optar por ninguna de la posturas- que sus esculturas, desde que empezó a edificar, forman parte de la esencia cultural de Camelle, y puede que el pueblo no necesitase el Museo de Man, pero ahora que hay una trayectoria vital dedicada a el, y que atrae a más del cincuenta por ciento de los turistas que nos visitan, no comprenderíamos por que tendríamos que prescindir de él.
Desde aquí pedimos a las autoridades, desde la locales hasta las de la Xunta, medidas para su conservación, dado que Manfred manifestó en reiteradas ocasiones que estaría dispuesto a donarlo a un organismo competente con la única condición de que se preocupase por el mantenimiento y preservación de..

Esta información es de hace un yiempo por tanto hay datos que no corresponden con lo actual.

Que descanse en Paz
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------


anacosta.es.-lunes, 24 de septiembre de 2007

MANFRED: MÁS DATOS SOBRE SU HISTORIA.

El fin de semana los vecinos de Camelle pudieron ver un documental sobre la vida de Man, o alemán, rodado por el venezolano afincado en Colonia, Bernardo Sequera. Además, está en la localidad hasta el miércoles el hermano del artista anacoreta, Roland Gnädinger y su esposa, Waltraut. Durante la exposición de la cinta, los vecinos pudieron ver documentos inéditos de la vida del artista, en su etapa de infancia adolescencia en Bohringen, su pueblo natal de la Selva Negra, y el testimonio de familiares, compañeros de pupitre y de juegos.
Uno de los documentos filmados fue el testamento de artista, realizado en 1972 en la notaría de Vimianzo, en donde indica que deja su casa y sus bienes al Estado Español pidiendo al Ministerio de Educación y Ciencia que salvaguarde su obra. En este caso le quedaron a Hacienda 120.000 euros, pero su museo sigue en estado de abandono. Por otra parte el artista pedía que sus restos fuesen enterrados en su casa museo o arrojados al mar, algo también incumplido. En los dos últimos años de su vida trató infructuosamente que la Xunta o el Concello se hicieran cargo de su legado, pero no le hicieron el menor caso. Man estaba muy enfermo, se sentía solo y despreciado, “como un perro solitario”, y el Prestige acabó con su resistencia, dejó de medicarse, apareció muerto, convirtiéndolo en lo que más aborrecía, en un icono de la tragedia aprovechado políticamente por los que lo ignoraron.

Su hermano Roland, agradeció al pueblo de Camelle la acogida prestada a su hermano y todo el apoyo recibido por este vecino tan especial y querido en líneas generales pese a su hermetismo y a algunos episodios de tensión por su carácter especial. Roland es dueño de un taller de la Mercedes en su pueblo natal, que entonces tenia 1.800 vecinos y hoy 4.000, y recuerda cuando su hermano le pidió que le llevara a la carretera nacional para hacer autostop y correr el mundo. Roland explicó que con su hermano se carteaba con frecuencia pero “ nos prohibió visitarle, ni a sus parientes ni a nadie de su entorno y amenazó con quitarse la vida o hacer algo terrible si lo veníamos a ver”.

Man era miembro de la familia más rica de la comarca, en una época de penuria para la sociedad alemana tras la guerra, y un niño tímido y solitario que no participaba en los juegos con los demás ni en actividades fuera de la escuela. Así lo recuerdan su hermano y sus compañeros de clase en la etapa de 1942 a 1950. Además era tartamudo, y un profesor filonazi que le tenía tirria por ser rico lo insultaba siempre por esta condición, sin embargo su hermano dice que en su casa y con la familia nunca fue tartamudo. La mujer de Roland lo recuerda como un joven que paseaba jugando con un cántaro de elche al que que volteaba sin cesar mientras las niñas jugaban, por eso le tenían cierto miedo y le llamaban “el loco”. El día que Waltraut acudió a la casa grande de los Gnadinger para ver al que sería su esposo y vio a Man recibió una gran sorpresa, exclamando “el loco es el hermano de mi novio Roland”.

El episodio que más le marcó fue la muerte de su madre, Bertha, en 1951. El padre volvió a casar y su madrastra lo maltrataba. La situación económica de la familia empeoró, tuvieron que vender tierras, y un extenso bosque, por lo que se marchó a trabajar a una famosa chocolatería suiza en donde se convirtió en un destacado repostero de la casa Keller entre 1959 y 1961. En las fotos de las famosas tartas de la Selva Negra de esta casa se aprecian las columnas de cantos rodados de futura la obra de Man en Camelle. Moldeaba torres de “bolos” como si fuera pan. Allí la hija del dueño se enamoró de el pero el le contó a su hermano que “ me quiere cazar, pero yo quiero estar sólo”. El hermano le insistió, “es un buen partido, serás el jefe de la pastelería, aprovecha, pero el se negó, no quería tener relaciones tan pronto”. Desde esa época empezó a dibujar, a pintar cuadros, y a escribir aforismos y poemas, pero su hermano dice que su vocación fue autodidacta, nunca acudió a una escuela de arte o de dibujo. Hace un corto viaje a Italia para ver arte, y a su regreso opta por marchar del país. En ese tiempo dibuja torsos, rostros, y escribe pequeños aforismos de cuatro o cinco líneas, con influencias bíblicas y de poetas alemanes, sobre el amor, la muerte, la creación. En uno dice “pintar cuadros, escribir, antes de hacer milagros el discípulo ha de retirarse”. Estas ideas en breves trazos seguirán acompañándolo hasta sus días finales.

Camariñas.eu.-ENTREVISTA A CONCEPCION REGUEIRA "CHITA" A GRAN AMIGA PERSOAL DE MAN:

“...él sempre me dixo que prefería morrer antes de que lle destruíran o seu museo.”


Chita posa no terceiro andar da Casa do Alemán co porto de Camelle ao fondo

Camarinas.eu segue a preparar de forma intensiva o 1º Encontro de Man que terá lugar na Casa do Alemán de Camelle o próximo sábado 17 de novembro, e no que está prevista a asistencia de renombrados membros do mundo da cultura como Suso de Toro, Rosa Aneiros, Xurxo Souto ou Antón Sobral. Entre os asistentes ocupará un lugar destacado Concepción Regueira Pardiñas, "Chita" a gran amiga de Manfred e a persoa que mellor o coñecía, a cal foi obxecto da entrevista debut da reporteira que ven do Norte (do norte do Concello de Camariñas, Camelle), Silvia Baña Rodríguez. Ao longo da charla que mantiveron as dúas camellanas, Chita fai un repaso exhaustivo da vida de Man en Camelle e conta numerosas anécdotas do xenio iconoclasta alemán.

Agora comezado o outono, Chita como tódolos anos comeza as clases de palillo. Quéixase con amargura de que este ano o número de alumnas é menor e que por eso non poderá presentar á competición a labor das súas pupilas, pero por outra banda móstrase moi ilusionada de que a partires de agora as clases de palillo se desenvolvan na espectacular nova Casa Cultural de Camelle. Alí, no tercer andar do edificio, ca vista incomparable dos montes de Sabadelle e do porto mariñeiro de Camelle como testigos, poidemos falar con ela, sobre todo para coñecer da súa vida e indagar un pouco sobre o seu gran amigo Man.

Chita móstrase moi orgullosa das súas rapaciñas: “cas nenas lévome moi ben, a verdade é que de sempre o material humano co que traballei foi moi bo, tradicionalmente das rapazas de Camelle saíron moi boas palilleiras. Levo 16 anos dando clases de palillo en Camelle, pero últimamente tamén dou clases de ganchillo e calceta para que teñan máis interese, xa que lles costa moito estar sentadas palillando debido a que agora hai moitas actividades para elixir”. Por este motivo Chita solicitou que este ano tamén se dera clase a xente maior que non sabe palillar.

A perpetuación dunha antiga tradición entre as novas xeracións

Agora que xa coñecemos a Chita, indagamos un pouco sobre a relación que tiña con Man unha das persoas que mellor chegaron a coñecer ao inclasificable artista camellán.

¿COMO CHEGOU MAN A CAMELLE?
“Él viña con máis alemáns viaxando pola Galicia daqueles tempos, pero non sei por qué separáronse, e él colleu a ruta de Traba e chegou a Camelle por Sabadelle cunha mochila. Levárono a casa de Eugenia, muller de Pepe Baña Heim, que era alemana. Man fíxose amigo deles e deixáronlle vivir nunha casa que tiñan na entrada do pobo, a cal aínda se mantén en pe”
¿COMO FOI A PRIMEIRA IMPRESIÓN DE MAN?
Pois imaxínate, naquela época non era moi doado ver extranxeiros por estas terras. Asustámonos porque non lle entendíamos. Un tempo despois da súa chegada, para agradecer a nosa amistade, fíxonos unha cea a todos, era algo raro: cunha sartén, aceite, fariña…era moi raro, matámonos de risa pero logo intentamos comelo.
¿SABES ALGO DO SEU PASADO?
Man pertenecía a unha familia composta por sete irmáns. O pai tiña unha panadería e logo puxo unha tenda de venta de cactus ca que fixo moitos cartos, pero a súa madrastra, da que Man sempre decía que era moi mala, arruinoulle a vida ao seu pai e por iso Manfred decidiu marchar. A segunda muller non quería que o seu pai traballara tanto, viciáronse no xogo e acabaron arruinados. O final os fillos dábanlle cada un 100 marcos tódolos meses.
¿QUÉ FOI O QUE LLE FIXO QUEDARSE EN CAMELLE PARA SEMPRE?
Antes de chegar a España, xa estivera en Suiza, e dende o primer momento que pisou Camelle xa non pensou en marchar de aquí nunca máis. Él non quería volver a Alemania por nada do mundo, que non lle falaran do tema, él encontrou en Camelle o seu sitio ideal de paz e tranquilidade. Tan só ao principio sí que falaba do seu irmán Roland.

¿POR QUÉ COMEZOU A AMIZADE DE MAN COA TÚA FAMILIA?
Trouxérono a casa de miña nai, que facía de posto de Correos en Camelle, para enviar unha carta. A partir de entón viña continuamente a enviar cartas e nós axudábamolo en todo o que podíamos. Ademáis, tes que ter en conta que os 20 anos cando me casei, alá polo1964, emigrei a Kassel, na rexión de Hesse, no centro de Alemania, e estiven alí 12 anos, o meu home un máis. A miña filla naceu alí. Traballaba de costureira, e claro, aprendín o idioma alemán, co que podíame comunicar con él moito máis fácilmente que o resto das persoas de Camelle.
O pouco tempo de estar aquí veu a policía porque pensaban que era mala xente, e querían saber se tiña correspondencia de Alemania e do consulado alemán. A miña nai díxolle ós policías que era boa persoa e que se escribía con Roland e a familia.

Diante do Colexio das Esclavas en Riazor nos anos 60

¿MAN TIÑA ALGÚN AMIGO ESPECIAL EN CAMELLE?
A familia do Correo (Pura, Antonio, Yoli, Dita, Pepe, Vicente e eu), a verdade e que quitámolo dun montón de apuros. ¡Incluso á miña nai chamáballe mamá correos!. Ademáis de Yolanda, a miña sobriña que traballa na Escola Oficial de Idiomas de Vigo e na Universidade como profesora, e que entendíase a perfección con él nun dialecto do alemán que Manfred utilizaba e que se levaba de maravilla con él.
A HISTORIA DA PROFESORA, ¿É VERDADE?
Sí, é certo. Era unha profesora que traballou na escola de Camelle fai moitos anos. Realmente ela xa tiña outro noivo, non había ningunha relación mais alá da amistade, ela quería aprender alemán con él, pero bueno...xa se sabe. Man tivo moita pena cando ela marchou, a partires de aí comezou a cambiar a súa vida.
Bernardo Cerquera, o director da película sobre a vida de Man, que recentemente se presentou na Casa do Alemán de Camelle, puxérase en contacto con ela pero preferiu manter o anonimato.
¿CRES QUE MAN SE SENTÍA QUERIDO POLO POBO DE CAMELLE?
Había de todo un pouco, tivo problemas con moita xente. Era moi testarudo e un pouco egoísta. Quería mandar no seu entorno, e bueno sí, algún xaleo se ten armado cando pretendeu cobrar a todo aquel que quixera acceder ao recén construido dique de abrigo. A xente tiña que facer un esforzo para entender que estaban ante un ser humano un pouco especial.
¿MAN ERA RELIXIOSO?
“Cando chegou a Camelle sí, pero cando foi para a caseta foi cando cambiou”

Silvia e Chita revisan vellas fotos de Man

¿MAN PEDIUCHE FAVORES OU AXUDA CANDO ESTIVO ENFERMO?
“Non, non quería a ninguén rondándolle cando estaba enfermo”. Así, cando Man estivo ingresado no hospital Virxe da Xunqueira de Cee ían os periodistas a entrevistalo pero él non quería que entrara ninguén. Estaba moi contento co trato recibido no hospital, pero quería voltar á súa casa. Man tiña cuberta a Seguridade Social polo Concello de Camariñas, gracias ó cal tamén recibía unha pequena paga mensual.

CÓNTAME ALGUNHAS ANÉCDOTAS DA PERSONALIDADE DE MAN
“Un día Man ven conmigo, Vicente e outros amigos a Coruña de paseo, a Riazor. Eu pedinlle a Man que fora ben vestido porque me daba vergonza que fora pola Coruña co taparrabos. Él fixome caso, pero foi descalzo e unha vez na Coruña aproveitou para comprar pinturas para o museo. Creo que existen fotos de aquel día, Man aínda levaba o pelo corto.
Chita, emocionada ó ter que falar do seu gran amigo Man, recórdanos tamén algo similar, cando Man foi a Madrid a unha entrevista para a Televisión Española. A Man non lle gustou nada o vestiario que lle impuxeron e sentíuse moi incómodo, non lle gustaban as normas.”

“Era moi educado, moi meticuloso e ordenado, nunha palabra: moi alemán. Él solía decirme: “Soy como Robinson, mi vida no se la explico a nadie.””
“Man non contaba as súas cousas, ninguén coñecía exactamente a súa vida. Era moi reservado”.
“Defendía a morte os animais e as prantas”
“É verdade que Man lle enviaba cartos á xente pobre”.
“Bañábase no mar ás 7 da mañá e ás 7 da tarde”
“Pintaba lienzos e enviábaos a embaixada en Madrid. Non lle pagaban nada e eu non o entendía”
“Por todos é sabido que Man era vexetariano, comía só o necesario para sobrevivir, desa forma, cantas menos necesidades tiña dicía que se achegaba máis a felicidade. Ademáis tamén son ben coñecidos os seus paseos correndo todolos días do ano, e sempre prácticamente espido, sen frío nin calor”.

¿MAN FALABA CONTIGO ULTIMAMENTE?
Sí, algo sempre me contaba dos seus problemas, pero non todo, era moi solitario e reservado. Ti Silvia ben sabes como vivía, era un home que lle gustaba vivir en soidade, no mundo que él mesmo se construira.

A nosa reporteira nórdica cumplío con nota a súa entrevista debut

¿CÓMO VIVIU MAN O PRESTIGE, O CHAPAPOTE ACELEROU O SEU TRÁXICO FINAL?
Moi mal. Vicente, o meu home foi a falar con él uns catro días antes de morrer e agarrouse a él chorando, desesperado. Aínda non sabemos cal foi o motivo da súa morte pero él sempre me dixo que prefería morrer antes de que lle destruíran o seu museo.
A lacra do chapapote fixo que nese breve tempo Man estivera deprimido e triste o ver a intrusión de todos aqueles estranos no seu museo.
Finalmente, cando morreu Man era o día dos Santos Inocentes de 2002, agora van facer cinco anos xa, e o avisaren a familia de Chita eles nun primer momento non o creeron, tal era o grado de amizade que esta familia camellana de toda a vida chegara a acadar co xenio alemán. E sobre todo, nótase a dor e o pesar na voz quebrada de Chita cando ela comenta que “non puidemos facer o velorio na nosa casa porque non estábamos en Camelle naquelas datas navideñas”.
¿QUÉ PENSARÍA MAN Ó VER QUE SE ESTÁ TRABALLANDO PARA RECUPERAR A SÚA OBRA?
Estaría moi contento, contentísimo, porque o museo era a toda a súa vida.


Hai que dar por rematada a entrevista: ó terceiro andar da Casa Cultural de Camelle, nomeada con toda xustiza Casa do Alemán en honor ó artista que posiblemente mellor soubo reflexar a beleza salvaxe da Costa da Morte, van chegando ilusionadas, ca almofada entre as súas pequenas mans, as rapaciñas camellanas para, recibindo as leccións introductorias das sabias mans palilleiras de Chita, perpetuar a tradición que fixo grande ao noso Concello: a tradición do mellor encaixe do mundo, o encaixe de Camariñas.

La Voz de Galicia.es.2/10/2007 .-«Man nunca dejó que viesen cómo era por dentro»
El director alemán descubre algunas historias de la infancia del famoso vecino de Camelle




Autor: Cristina Souto

Los vecinos de Camelle fueron los primeros en poder ver el documental Man, el alemán de Camelle , firmado por el director alemánBernardo Cequera. La historia, que podrá verse próximamente en la TVG, cuenta los orígenes de Manfred Gnädinger, de los que el documentalista también habló en Voces de Bergantiños , de Radio Voz
-¿Por qué decidió embarcarse en este proyecto?
-Tenía la idea de hacer un documental sobre el capitán del Prestige y también sobre Man y nos fascinó mucho, por lo que decidimos centrarnos en él. Es el documental con el que hemos hecho más amigos. Fue una experiencia muy especial.
-En esta ocasión se ha reconstruido la vida de Man antes de llegar a Camelle.
-Lo novedoso es que intentamos que los espectadores comprendan la vida de Man, que fue un hombre muy hermético y que hablaba poco y filosofaba mucho, por lo que era muy difícil saber quién era él. Resultó muy difícil profundizar en su vida y creo que no lo conseguimos del todo, porque su vida siempre estuvo acompañada por el hermetismo. Man nunca dejó que viesen cómo era por dentro, siempre fue muy cerrado. Sólo permitía que la gente llegase hasta cierto punto. Por eso tuvimos muchas dificultades y decidimos mostrar el origen de su vida, el lugar en el mundo que ocupaba de acuerdo a los ojos de los demás, para que el espectador pueda intuir quién fue Manfred.
-¿Puede saberse por qué llegó Man hasta aquí?
-Eso es parte de su secreto y de su mito. Ni su familia ni la gente que lo conoció sabe si él salió de Alemania con el objetivo de llegar a Camelle o sencillamente se tropezó con Camelle y se quedó. Lo que sí produce cierta perspicacia es que en Camelle vivía la señora Eugenia Baña Hein, que era de origen alsaciano y en el pueblo en que nació Man hay una gran comunidad de alsacianos y probablemente él supiese cómo llegar a Camelle porque en los años sesenta su conocimiento del español era nulo y es difícil entender cómo llegó a un pueblo tan lejano. Lo que si sabemos, porque se lo dijo a su hermano, es que él buscaba un lugar en el que desarrollarse como artista y su filosofía espiritual y ecológica.
-Entre las cosas que se cuentan en el documental y que han sorprendido a quienes lo han visto ha sido descubrir que Man fue pastelero y que incluso recibió premios por eso.
-Esta fue una de las singularidades de su arte y creo que algunas de las fotos que mostramos en la película, en las que vemos las piezas de pastelería que hacía, de alguna manera se ve la estética de alguna de sus esculturas.
-Uno de los grandes interrogantes es por qué nunca volvió a su tierra natal.
-Yo encuentro muchas similitudes entre Camelle y el pueblo de Man. Tengo la impresión de que Manfred fue un hombre que, internamente, nunca salió de su pueblo, porque en Camelle encontró la misma forma de pensar y la misma actitud ante la vida que en Alemania. Man encontró en Galicia,

---------------------------------------------

http://mialmalaire.blogspot.com/2008/06/man-o-aleman-de-camelle.html

Yo estuve en su museo en 1992. La verdad es que me impactó mucho ver su forma de vida. Desnudo, con su taparrabos, la barba, su piel curtida por el sol, por la vida... descalzo...
Nos dio la famosa libretita, para hacer un dibujo... y cuál fue mi sorpresa que cuando se la entregué, me dijo: muy bien, me gusta. Yo aluciné claro, el dibujo nunca ha sido mi fuerte...
A lo mejor intuyó, que mi autoestima debía de ser reforzada o quién sabe qué valoraba él... Gracias Man!!!

He encontrado este texto en la web del pueblo de Camelle, y quería compartirlo con vosotros. Es mi pequeño homenaje.

Man (O Aleman de Camelle)


Manfred Gnädinger nació en Radofzell, un pueblo cercano a la ciudad de Friburgo (Alemania) el 27 de enero de 1936. Pasó su infancia en Alemania, era el menor de 7 hermanos. Después de una infancia con problemas de adaptación social, partió de su tierra para nunca volver. Su preocupación por el medio ambiente y la curiosidad de conocer la costa gallega lo condujeron a la Costa da Morte. Un buen día del mes de mayo donde en Camelle se festejaban las fiestas patronales del Espíritu Santo partió del arenal de traba decidiéndose en su periplo acercarse caminando a Camelle. Era el año 1962, solo, con buen aspecto y con cierto aire de turista acomodado, llegaba al pueblo.
En aquel entonces, eran muy pocas las gentes que hablaran alemán, pero el don de gentes que tiene este pueblo lo acercaron a una familia de descendencia alemana donde pudo establecer contacto con la gente del pueblo y darse a conocer como una persona amable y muy educada y que no traía ningún propósito salvo el de enamorarse del entorno de la costa y del pequeño pueblo de Camelle.

En los primeros meses hablaba mucho con una maestra que le ayudaba en las tareas lingüísticas y de la que se habló mucho de que el amor afloró en esa relación y que las desavenencias amorosas lo llevaron a cambiar su estilo de vida, aunque es poco probable que un desamor le llevase a un cambio tan drástico y tan duradero, no debemos olvidar que se quedó 40 años en el pueblo. No tardó muchos años en comprase una pequeña finca a las afueras del pueblo y muy cerca del mar donde la civilización no estuviera muy cerca de donde plasmar sus creaciones artísticas.

Por el tamaño de la casa y la ayuda de las voluntarias gentes del pueblo no tardó en levantar su casa y asentarse definitivamente en ese bonito lugar, (hoy totalmente urbanizado).
Los restos que el mar acercaba a la costa, las rocas riberanas y las pinturas en piedras, muelles, casas y montes eran el substrato de su arte. La mayoría de las figuras eran redondas, y de mucho colorido. Lo que el denominaba "el punto" ". “Todo empieza y acaba en un punto". No comía carne ni pescado, era vegetariano, comía plantas, frutas, verduras y harina de maíz. Andaba con un taparrabos y siempre descalzo, practicaba mucho deporte y natación, eran muy conocidas sus carreras hasta Ponte do porto, Arou o hasta Vimianzo. Tenía una resistencia física fuera de serie, así los crudos inviernos de la zona pasaban desapercibidos para él.

Con estas cualidades y su museo hicieron que poco a poco fuera conociéndose el famoso "Alemán de Camelle", comenzaron a llegar visitantes de todos los lugares al pueblo, prensa, radio y hasta el famoso José Mª Iñigo se atrevió a llevarlo a TVE1. Fueron años consagrados donde su arte armonizaba la Costa camellana y la popularidad iba en aumento año tras año. Mientras las gentes de Camelle empezaban a ver que Man acercaba al pueblo numerosos curiosos y visitantes que llegaban de cualquier lugar a visitar ese museo de características tan peculiares y extravagantes. Anacoreta, ermitaño, artista o loco eran las definiciones mas escuchadas entre los curiosos que lo visitaban. Man siempre se definía como HOMBRE, así le gustaba que lo llamasen.
La convivencia con las gentes del pueblo siempre ha sido cordial y de máximo respeto entre ambos, no faltaron algunas disputas cuando la llegada del dique de abrigo interrumpió la soledad de Man, quizás fueron unos de los momentos de máxima tensión cuando interrumpió el paso de las máquinas haciendo escudo humano para evitar el paso de la civilización a su adorado paraíso.

Siempre solicitaba a los visitantes un dibujo relacionado con el museo, se dice que posee más de 20.000 libretas aunque creemos que tiene más.

En noviembre de 2002 el "Prestige" derramó 30.000 Toneladas de Fuel en la Costa da Morte dejando una parte muy importante en Camelle, que curiosamente no era la famosa zona cero, pero que fue el primer pueblo en recibir el fuel y por supuesto el museo de Man quedó totalmente manchado del famoso “chapapote” que llegaba por oleadas y cada día que pasaba todo era más negro…
Fué tan enorme la desmoralización que Man nunca pudo superarlo y acentuado por sus problemas físicos el día de los Santos Inocentes nos dejó para siempre.

En la actualidad los restos del museo se desvanecen con la indiferencia de los políticos y los curiosos que sin pavor entran y espolean todo lo que pueden. Curiosamente dejó en herencia 120.000€ al estado para su conservación de cuyo dinero nadie sabe a donde ha ido parar.

Ahora se habla y se escribe mucho sobre Man, incluso admiramos con perplejidad como se atribuyen ciertas amistades con el, cuando todos sabemos que Man no tenía ni amigos ni enemigos. El pueblo de Camelle siempre respetó a Man, nadie lo puede dudar, nunca tuvo problemas, siempre hizo lo que más le gustó y lo que quiso y como quiso, nadie se lo impidió. Quizás en otros lugares estaría en un manicomio o menospreciado, pero con nosotros vivió como un vecino especial al que había que respetar y así se hizo.

Cuando murió el pueblo organizó su entierro de forma desinteresada y aunque a todos nos hubiera gustado celebrar su entierro como el hubiese querido sus restos descansan en un nicho del cementerio donde solo 3 letras definen a un artista MAN....

En memoria de Man

El Correo Galllego.es.-11 de junio de 2009.-Man exigió mano dura en el 'Otoño Alemán" El ermitaño remitió al menos tres cartas a la Cancillería ·· Sus documentos ya están traducidos

J. M. R. • CEE
La traducción y clasificación del amplio legado escrito de Man, el alemán de Camelle, ha permitido descubrir aspectos insospechados sobre su figura. Así, a través de sus documentos se ha comprobado que escribió al menos tres cartas a la Cancillería alemana solicitándole "mano dura" contra la oleada de secuestros vivida en el país entre 1975 y 1977, especialmente durante el conocido como Otoño Alemán.

No obstante, ya en 1973 remitió una primera carta al canciller Willi Brandt proponiéndole que impulsase una iniciativa mundial para firmar un tratado de desarme. En abril de 1975 fue Man el que recibió una carta en respuesta a otra suya que, de momento, no ha sido localizada. Se deduce por los argumentos de la Cancillería que Man había expresado su desacuerdo con la actitud del gobierno de plegarse a las peticiones de los secuestradores del candidato del CDU a la alcaldía de Berlín, Peter Lorenz. Un secuestro que fue el detonante de una cadena de actos delictivos que tuvo su punto álgido en 1997, lo que impulsó al alemán de Camelle a remitir un nuevo escrito al canciller S­chmidt pidiendo mano dura contra los secuestradores.

Todas sus cartas están a disposición del público y, sobre todo, de los investigadores en el Museo de Man, para que quienes lo deseen puedan adentrarse en el mundo que transitó tan singular artista alemán.

Os segredos de Man

O legado de Manfred Gnädinger: propostas á chancelería alemá de man dura contra o terrorismo, premios de repostería, un filme biográfico desaparecido ou a alta nunha axencia matrimonial

Xornal.com

Arturo Losada 30/08/2009

Man, o alemán de Camelle, pasou varias décadas sen ter apelido, nin familia, nin pasado. Os primeiros xornalistas que escribiron sobre el, nos últimos anos 70 e primeiros 80, marabillábanse co misterio de ese home que chegou a Camelle (Camariñas, A Coruña) en 1962, mercou un pequeno terreo fronte ao mar e rompeu para sempre co mundo. Chamábase a si mesmo o “solitario”, nunca chegou a falar ben o castelán nin o galego, e construíu coas súas mans un museo ao aire libre, no que por un euro deixaba achegarse aos seus obeliscos de rocha, algas e lixo, erguidos nun saúdo cara o mar. Finou o 28 de decembro de 2002, dous meses despois de que o Prestige tinxira de negro o seu fogar.


A Fundación Man, constituída oficialmente en 2008 polo Concello de Camariñas –aínda que xa en activo algúns anos antes– traballa para despexar o misterio e conservar o legado do eremita que facía land art antes de que ninguén soubese o que era o land art. Hai só uns meses fixeron un gran avance imprevisto. Agochadas baixo as táboas do chan da súa vivenda de cinco metros cadrados, atoparon varios paquetes de cartas, que arroxan luz sobre os aspectos máis íntimos de Manfred Gnädinger.


Ese epistolario en alemán e español está a ser clasificado e traducido pola fundación, mentres espera a que cheguen as autorizacións pertinentes para a rehabilitación do museo de Man, actualmente paralizadas por cuestións burocráticas. O alemán agochara cousas como a súa solicitude de alta nunha axencia matrimonial suíza, enviada dende Camelle en 1969, ou o Premio Federal que gañou polas súas habilidades como pasteleiro en Alemaña, en 1953. Sabela Mariñas, directora da Fundación Man, explica que “hai referencias a algúns dos pasteis que deseñara como reposteiro, e algúns seméllanse moito ás estruturas verticais que logo fixo nas pedras”.


Tamén hai material máis emotivo, como o que probablemente sexa o seu último escrito, datado entre o 7 e o 28 de decembro de 2002: “É insoportable para min esta aparición. Eles observan só un piollo de mala sorte. Porén, estou feliz de ter chegado case aos 67 anos. Estou marcado pola idade. Eu estou (palabra ilexible), para ser pronto destronado. En vez de queixarme e lamentarme, entregarme, escribir para distraerme. Quen somos? O mundo queixarase sobre nós e sobre si mesmo”. No paquete atopáronse tamén cartas dirixidas á súa familia en Alemaña, irmáns e sobriños cos que case non mantivo contacto nos 40 anos que pasou en Camelle. “Hai tempo, díxenme: un coma ti debe vivir só”, afirma noutro dos seus escritos redactados para si mesmo.


Queda constancia dese illamento na última carta que lle escribiu aos seus familiares, o 5 de abril de 2002: “Querida Waltraud e querido Roland, escribo moi preocupado por min. Tan preocupado estou porque vos fixen agardar máis de 40 calendarios e máis. Finalmente, vostedes escribíronme para o meu aniversario, lembroo con morosidade. Ninguén debe pensar que lle debo algunha carta, e así todo o ano, unha e outra vez. Cada día vez teño menos ganas de escribir, o silencio achégase cada día máis. (...) Deberiamos deixar as cousas como están? O máis importante é que cada un viva como lle pareza, os tipos raros como tipos raros, e vós como vós sodes”.


Segundo testemuñan as cartas, a familia pasou anos sen saber del, ata que o localizou por casualidade un dos seus irmáns, que coincidiu nunha viaxe cuns veciños da Terra de Soneira. “Nunca soubemos moi ben por que, pero Man evitou en todo momento o contacto cos seus familiares. Non quería que viñeran”, explica a directora da Fundación Man.
Pero o seu illamento non era completo, xa que procuraba manterse informado e tiña moito interese por dar a coñecer a súa obra. Conservanse ademais tres cartas dos anos 70 nas que lle escribiu á Chancelería de Alemaña. Pediu nun caso a aceptación dun tratado de desarme, e nos outros recomenda man dura co terrorismo e non negociar a cambio de reféns, na época de actividade da Brigada Baader-Meinhof.

A PEOR ÉPOCA DA SÚA VIDA

Os veciños de Camelle e a prensa que antes o describía con titulares como “Envejecer en tanga” souberon aló por 1985 que Man fóra noutra vida un tal Manfred Gnädinger, de profesión pasteleiro. Nese ano, foi detido pola Garda Civil e xulgado por un presunto abuso a unha menor da vila. Foi absolto, pero nos arquivos da Fundación Man queda constancia de que foi un proceso longo.
Co seu cativo dominio do castelán, o “solitario” atopábase perdido no proceso xudicial, e tivo que reclamar asistencia do Consulado de Alemaña. Soubose entón que a súa entrada en España fora á marxe das aduanas –en tempos anteriores a UE sen fronteiras–, e que tampouco tiña ningún documento identificativo. O cónsul logrou atopar o seu rastro en Alemaña, e o señor Gnädinger tivo que facerse un pasaporte para seguir adiante coa causa xudicial: “Si el juez o el fiscal me mata con pistola es más correcto, porque menos duro. El castigo contra mí no es justificado porque sin prueba. La palabra contra mí de una niña de 6 años no es prueba justificada”, asegura Man nunha carta que ao xulgado.


Tamén en 1985, comezaron as obras de ampliación do dique de Camelle, un novo muro de formigón que chegaba a tocar unha parte do museo do eremita. Cando o soubo, Man fixo todo o posible por deter as obras e variar o trazado. Colocouse el mesmo, acompañado polas súas esculturas de algas, diante da maquinaria, e remitiu cartas as distintas autoridades competentes. Chama a atención a que se pode ver á dereita destas liñas, dirixida á Xunta de Galicia, cun debuxo dos seus obeliscos e unha lista de 32 argumentos, máis ben poéticos, para explicar por que o novo peirao non debería tocar “el último paraíso de seis metros sin rellenar”, no que “hay de todo para toso, si no somos ciegos”. Xa prosaico, proclama as súas sospeitas de que o recheo é grande de máis polo interese dos donos das fincas polas que pasaba –máis cartos polas expropiacións– e despídese cun admirativo“Viva la Costa da Morte!”.


A cruzada do “alemán tolo” contra o peirao tivo éxito, e corrixiuse o trazado do dique para non afectar ás súas terras. Porén, isto non lles sentou ben a algúns veciños, que decidiron demostrarllo dándolle unha malleira e estragando parte do seu museo. O propio Man explica o incidente nunha carta ao director que enviou a El Ideal Gallego, a La Voz de Galicia, e ao desaparecido Galicia Viva, de Ourense: “Por el pueblo de Camelle, el día 17.10.85 con escarnio y el sacerdote, grandes destrucciones del museo, porque el Estado con su proyecto de muelle no toca el museo del solitario. (...) Desde el museo existe: Sólo medio pueblo contesta mi saludo. Pero Camelle es buena gente, yo quiero mucho”. Segundo comenta Sabela Mariñas, “foi unha época moi dura para el. Tanto que ata lle cambiou a letra”.

O DOCUMENTAL DESAPARECIDO

Man cobraba un prezo simbólico por visitar o seu museo, por “entrar no seu mundo”, como dicía. Nos seus últimos anos de vida, o donativo era dun euro, poucos cartos, pero abondo para quen non gastaba en roupa, nin en desprazarse, e comía habitualmente algas e mariscos que el mesmo collía. Á súa morte, tiña aforrados 120.000 euros, que lle legou ao Estado e dos que “nunca máis se soubo”, segundo Mariñas.


Pensaba que “economizar é arte” e facíalle doazóns habituais á Cruz Vermella. Durante os 70 e 80 gastou parte deses fondos en intentos de dar a coñecer a súa obra. Foi a época na que máis apareceu na prensa e na que contactou con TVE e coa Bayerischer Rundfunk, a televisión bavára, para que fixeran unha reportaxe sobre el. Adoitaba acompañar as peticións con donativos de 500 pesetas.


Un tal Juan Marallach quixo facer unha película sobre Man e o seu proxecto, pero a produción pasou por varias dificultades técnicas, e o anacoreta tivo que poñer cartos en varias ocasións. Aínda así, non hai constancia de que o filme chegase nunca a existir, nin se sabe que foi do material gravado. Unha figura como a de Man de Camelle nunca revelará todos os seus segredos.